
Será que me estoy volviendo viejo porque me viene a la cabeza el : ¡cómo cambian los tiempos, oye! ¿es que los niños ya no juegan? Pues sí, pero de otra manera. Ayer iba en el metro y se metieron 10 chavales en mi vagón e inmediatamente desenfundaron sus gameboys y comenzaron a jugar unos contra otros gracias al bluetooth o como se llame. Aunque no sólo son niños: a veces se ven salary man, que si no tienen la cabeza ya lo suficientemente robotizada a causa de sus monótonos trabajos y sus cerebros lobotomizados por las horas extras inanes de su también inane existencia, en el trayecto del tren si no duermen juegan a los marcianitos o leen manga para adultos -esto por lo menos se acerca a la literatura.
Esto no es serio, oye. En mis tiempos del descerebramiento mecanizado de NOVA, algunos de los profesores más jóvenes de los equipos inglés y francés, en los descansos entre telemáticas y tediosas clases, también se dedicaban a jugar así dentro de la empresa. Yo no daba crédito a lo que veía. Normal que nos acabaran tratando a todos como niños o delincuentes en potencia.
El problema de tanta maquinita, al igual que la hiperexposición a un mundo de imágenes sin apenas palabras es que nos ayuda a no pensar, resulta cómodo pero nos bestializa.
Perdón por el mensaje hipercrítico de hoy, pero es verdaaaaaaaaaaaaaaad…..